Si quieres ser un buen copywriter o quieres comenzar a aplicar la redacción publicitaria en tu negocio, pero no sabes por dónde empezar, este es un buen punto de partida.
En Aprende Copywrting hemos estado trabajando en esta área durante varios años y hemos aprendido algunos grandes trucos para tener éxito en copywriting.
En esta entrada del blog, vamos a regalarte sólo 3 trucos que pueden ayudarte a convertirte en un redactor.
Claro, aprender cómo ser un buen copywriter lleva tiempo.
Porque el copywriting no se trata solo de redactar, sino de vender con tus textos.
Pero hemos recorrido un largo camino y no queremos que te tropieces con los mismos obstáculos que yo.
Aquí, queremos ayudarte a que aprendas a vender y fidelizar a tus clientes solo con tus textos.
¿Cuál es tu labor como copywriter?
Antes de empezar con este largo camino, independientemente de que ya te has formado como copywriter o apenas empezar, tienes que saber algo importante:
El objetivo básico de un copywriter es vender con tus textos.
No solo tienes que persuadir al posible cliente, sino también enamorarlo para que se quede.
Si te saca una objeción, tú tienes que resolverla en pocas palabras.
Darles soluciones y no dejarles más remedio que confiar en ti y en tu servicio o producto.
Es más que vender.
Es crear una imagen de tu marca que los haga sentir reconfortados y confiados.
Entonces, tu labor como copywriter trasciende a conectar con tu buyer persona.
Por eso es tan difícil aprender cómo ser un buen copywriter, porque requiere compromiso y amor genuino por tu trabajo.
¿Qué objetivo tiene el copywriting en el mundo del marketing?
El objetivo de la redacción publicitaria es atraer e implicar al público para que escuche tu mensaje.
La redacción publicitaria es una forma de comunicación de marketing cuyo objetivo es persuadir, informar o motivar a la gente utilizando el lenguaje y elementos visuales.
A menudo se confunde la redacción publicitaria con la redacción de contenidos.
Aunque los dos términos suenen parecidos, en realidad son muy diferentes.
Los redactores publicitarios no son necesariamente escritores.
Son redactores especializados en la creación de contenidos para sectores específicos como el comercio electrónico o los viajes, etcétera.
Mientras que los redactores de contenidos pueden escribir cualquier cosa, desde entradas de blog hasta folletos, pero no necesariamente con un objetivo en mente (es decir, conseguir que alguien compre algo).
El copywriter es una mezcla de ambos.
No solo debe vender con textos, sino también hacerlo divertido.
Contar historias, crear escenarios atractivos para el público y darle una respuesta a su problema.
Todo en uno.
Es un trabajo duro, pero el resultado vale la pena.
Para ser un buen copywriter tienes que aprender a ser persuasivo
Un copywriter tiene que ser persuasivo, pero con clase.
No tienes que engañar a nadie al momento de escribir, solo debes hacerlo bonito.
No es lo mismo que digas “compra esta crema antiedad, usándola vas a parecer 20 años menor”, a decir “con esta crema tu piel se humectará, quedará más suave al tacto y será protegida del sol”.
En el primer texto estás exagerando y prometiendo algo que no vas a cumplir.
Nadie se ve 20 años menor por usar una crema y el cliente sabrá que le estás mintiendo, lo que da una pésima imagen.
En cambio, con el segundo texto estás exponiendo sus beneficios de una forma más realista que hará que el cliente se sienta atraído a él.
Esta es la persuasión.
No exagerar y engañar para vender, sino exponer beneficios de una forma sencilla.
Que ellos entiendan lo que se está vendiendo y lo compren por eso.
¿Cómo ser un buen copywriter? Lo que a todo copywriter le hubiese gustado saber en sus inicios
Los buenos redactores son fáciles de reconocer.
Su redacción es clara, concisa y coherente.
Se centran en la tarea que tienen entre manos y no te hacen perder el tiempo.
Pero la verdadera clave es que los buenos copywriters aportan su propia voz.
Te hacen sentir como si estuvieras hablando con alguien en persona en lugar de leer un argumento de venta o un anuncio.
Por eso muchas empresas buscan copys que tengan una gran capacidad de redacción y experiencia en el campo que elija.
La mejor forma de asegurarse de que el mensaje conecte con el público es encontrar a alguien que sepa de lo que habla.
En nuestra experiencia, trabajando para otras empresas y en nuestro emprendimiento, aprendimos estos tres tips que todos deberían conocer antes de entrar en este mundo:
1) Sé claro y conciso
Hay algo en lo que muchos redactores fallan, especialmente con el afán de lograr determinado número de palabras o cumplir con una longitud en cada artículo y es:
No ser claro e irse por las ramas.
Esto lo que hace es molestar a tu público.
La mayoría ni siquiera terminará de leer porque se sentirán estafados.
Debes ir directo al grano y seguir una estructura coherente.
Tienes que definir el problema antes de empezar a buscar una solución.
Encontrar el punto de dolor de tu público objetivo y agitarlo, que ellos sepan que estás dirigiéndote a ellos.
Luego de eso, podrás ofrecer una solución para ese dolor que está teniendo.
También tienes que fijar objetivos antes de empezar.
No te preocupes por los objetivos de los demás.
Sé ambicioso, pero realista.
2) Sé coherente y centrado
La coherencia es fundamental a la hora de crear textos fáciles de entender y seguir.
Al escribir para la web, debes asegurarte de que existe una conexión clara entre tu marca y el mensaje que intentas transmitir.
Si tu sitio web tiene un tono claro, una guía de estilo o una personalidad de marca, la coherencia será algo natural cuando escribas el contenido de cada página.
Si no es así, es recomendable que crees unas directrices al respecto para que cada pieza escrita en tu sitio tenga una voz identificable.
Otra forma en la que puedes mantener la coherencia en tu escritura es centrándote en un tema a la vez.
Si estás escribiendo un artículo sobre palabras clave SEO, te ayuda a mantener la concentración si sólo puedes concentrarme en las palabras clave.
En lugar de distraerte con todo tipo de temas diferentes relacionados pero tangenciales también.
También es importante que te asegures de ser lo suficientemente audaz en tu mensaje.
A veces los copywriter nos contenemos porque no queremos que la gente piense mal de nosotros.
Sin embargo, esto a menudo termina con la creación de contenido poco inspirador que, en última instancia, no cumple su propósito por completo.
3) Sé tú mismo y encuentra tu voz
Si quieres ser un buen redactor publicitario, también debes encontrar tu propia voz.
No copies a otros.
Puedes tomar prestadas sus ideas o su estructura, pero no tengas miedo al fracaso ni a probar cosas nuevas.
Una cosa más: ¡nunca olvides que ser tú mismo es una de las cosas más importantes de la vida!
La personalidad es lo más importante al momento de comenzar tu vida como copywriter.
Tener un estilo particular de escritura ayudará a que las personas te identifiquen y sepan que eres tú el que escribes.
Además, atraerás solo a las personas correctas que se sientan bien con tu forma de redactar.
Cualquier fan de Stephen King puede reconocerlo, no por su firma, sino por su forma de escribir y de contar historias.
Tú puedes lograr lo mismo.
No existe una varita mágica para ser buen copywriter
Si piensa que ser un buen redactor publicitario consiste sólo en escribir, te equivocas.
El copywriting es un trabajo complejo que implica mucho más que escribir.
Tampoco se trata solo de comunicación o marketing.
Son todos ellos combinados con algunos otros ingredientes que conforman la magia de ser un buen redactor publicitario.
Aunque no existe una fórmula secreta de cómo ser un buen copywriter, con estos trucos que te dimos puedes comenzar a forjarte.
No tienes que ser un experto.
Ser un buen copywriter se trata de encontrar tu voz y ser coherente.
Tu trabajo consiste en hacer que la gente quiera algo, ya sea un producto o un servicio.
Si lo consigues de forma constante, serás un buen redactor publicitario.
¿Y lo mejor?
No necesitas conocimientos ni formación especiales.
Sólo tienes que seguir estos trucos y lo conseguirás en un abrir y cerrar de ojos.
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